A menos de que vivas debajo de una piedra, seguro escuchaste toda la novela que hubo esta semana por la aprobación de la reforma al Poder Judicial. Sin duda hay muchos riesgos relacionados con el tema, como la pérdida de los contrapesos democráticos, el debate sobre si México es ahora parte de un régimen autoritario y la postura que otros países en el mundo tomarán respecto a su relación con nuestro país. Sin embargo, como he mencionado antes, no me gusta hablar de política, no soy experto ni es el objetivo de este espacio.
Por eso, en este Opinionated, más que discutir la reforma judicial, te daré mi opinión acerca de las repercusiones que ésta podría tener en la economía de México.
Empecemos con un poco de contexto. La reforma judicial, aprobada este 10 de septiembre en el Senado de México, introduce cambios importantes respecto a la forma de elección de jueces, ministros y magistrados (que ahora será a través del voto popular), la reducción del número de ministros de la Suprema Corte y la eliminación de la pensión vitalicia. Si bien el objetivo es democratizar el Poder Judicial, la reforma ha generado preocupaciones sobre la independencia de la justicia y también sobre el impacto en la estabilidad económica del país.
La primera reacción de la reforma, más allá de indicadores como el tipo de cambio o el índice de la Bolsa Mexicana de Valores, han sido las declaraciones de las principales calificadoras en el mundo, S&P, Moody’s, y Fitch acerca de cómo este cambio podría afectar la calificación crediticia de México.
Las calificadoras de riesgo crediticio son instituciones que evalúan la capacidad de pago de deudas de empresas, gobiernos o instituciones, emitiendo calificaciones que reflejan el nivel de riesgo asociado con su solvencia. Estas calificaciones, que van desde la más alta (como AAA) hasta la más baja (como D), brindan información clave a inversores sobre la probabilidad de que la entidad cumpla con sus obligaciones financieras, facilitando la toma de decisiones en los mercados financieros. Además, promueven la transparencia y confianza en el sistema financiero global.
Es importante mencionar que las calificadoras únicamente evalúan la capacidad que el país tiene para hacer frente a sus obligaciones crediticias. La forma en la que se elige a los mandatarios, el tipo de régimen que tiene cada país o el nivel de democracia, no es un rubro directo que evalúan las calificadoras para emitir su análisis. Rubros que sí evalúan las calificadoras son algunos como el nivel de deuda que tiene el país, su déficit fiscal, su posición respecto a importaciones y exportaciones, entre otros. Por eso, vamos a adentrarnos en lo que las calificadoras están tomando para poder hacer un análisis económico del impacto de la reforma.
La idea es que al final concluyamos si habrá o no una recesión económica en el país.
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